Hoy quiero leer un poema que hable de amor. Pero no del amor como el estado en el que es maravilloso encontrarse sino del amor como herramienta para que nunca perdamos la esperanza; para que tengamos fuerzas y luchemos por lo que deseamos, para hacernos fuertes y, sobre todo para sentir que nuestra sangre fluye a borbotones dentro de nuestras venas.
Hoy, le dedicamos el programa a todas las personas que creen en algo y que luchan porque ese sueño se cumpla.
Para algo, la esperanza se opone, por defecto a la desesperación.
20 de junio de 2010
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